Цитаты из книги «Los cuatro jinetes del apocalipsis»

el monótono canto del samovar hirviendo

la chimenea ardiente esparciendo palpitaciones

había adquirido la majestuosa importancia del hecho consumado

La voz dulce, al saludarle, esparcía su respiración congelada por el frío: un nimbo de vapor blanco y tenue.

llevándose el manguito al rostro lo mismo que un antifaz.

Habían transcurrido cinco meses desde las últimas entrevistas en este square que ofrece á las parejas errantes el refugio de una calma húmeda y fúnebre junto á un bulevar de continuo movimiento y en las inmediaciones de una gran estación de ferrocarril.

algo embrollado que exigía cálculos.

Debían encontrarse á las cinco de la tarde en el pequeño jardín de la Capilla Expiatoria, pero Julio Desnoyers llegó media hora antes, con la impaciencia del enamorado que cree adelantar el momento de la cita presentándose con anticipación.